La colaboración entre Fermín Jiménez Landa y Lee Welch, es un caso único en el ciclo: no se conocían antes de recibir la invitación para participar en Amikejo. Como dos interlocutores diplomáticos, los artistas han tenido que entablar un conocimiento personal y artístico antes de poder emitir lo que podría considerarse una declaración conjunta fruto del pacto y la negociación. Jiménez Landa y Welch optaron por abordar su negociación en torno a la idea de lo 'anómalo', en relación con el concepto de la micro-nación, sugerida por el título del ciclo, y los mecanismos que definen la soberanía – fronteras, filatelia, himnos, banderas y demás.
Su proyecto comprende una constelación de diversos elementos performativos, discursivos y expositivos,
algunos de los cuales han sido desarrollados en el propio espacio a lo
largo de las semanas previas a la exposición; mientras que otros han
sucedido en ubicaciones remotas, o existen sólo en la imaginación. El espacio expositivo está ocupado por marcadores fronterizos
junto con esculturas que adoptan la forma de portales o hitos
fronterizos que conformarán un espacio de reunión y debate. Asimismo, se
ha invitado a la Agrupación musical La Cena de León para que componga un himno nacional para un nuevo estado independiente.
Este himno se presenta con un objetivo paródico y fútil: la conquista
de una pequeña isla situada en el mar Egeo mediante la imposición sonora
del himno. Con un viaje de ida y vuelta, de León a la isla y de la isla
a León, la representación musical se convierte en una celebración en sí
misma. Durante la inauguración, los 65 músicos de la banda desfilaron por las calles del centro León y en el MUSAC en lo que podría parecer ser una acción lúdica, conmemorativa o militar.
Otro elemento comprende una colección de cartas remitidas a un tal A.
Peterson (anagrama de Esperanto) con sellos cuyo diseño fue concebido
como una broma de el filatélico Belga Jean-Baptiste Moens, cuando en 1867 anunció la falsa emisión de una nueva serie de sellos de Moresnet, el estado predecesor a Amikejo. La empresa conjunta de Jiménez Landa y Welch pretende propiciar un debate sobre la sensibilidad privada y la acción pública, explorar la manera en que el arte puede generar un nuevo entendimiento, recuerdos y posibilidades comunicativas en conjunción con el público.