A finales de los años 60 un grupo de artistas decide establecerse en un pueblo de la España profunda y convertirlo en un foco cultural. Hoy allí solo queda Félix Cuadrado Lomas, que en 2017 decidió rechazar el Premio Castilla y León de las Artes por coherencia con su carrera artística. Su vida abarca una infancia de posguerra, una juventud bohemia y de resistencia, y una madurez de reconocimiento, cuando ya todos sus compañeros de generación han desaparecido. Félix sigue fiel a su estilo, empeñado en reflejar el paisaje que lo rodea: las tierras construidas por quienes las trabajan.