Exposición con obras de: Jennifer Allora & Guillermo Calzadilla, Lara Almarcegui, Maria Thereza Alves, Ibon Aranberri, Amy Balkin, The Bruce High Quality Foundation, Chu Yun, A Constructed World, Minerva Cuevas, Ettore Favini, Cyprien Gaillard, Tue Greenfort, Norma Jeane, Cornelia Parker, Jorge Peris, Wilfredo Prieto,
RAF / Reduce Art Flights, Tomás Saraceno, Santiago Sierra, Simon Starling, Fiona Tan, Nikola Uzunovski, Sergio Vega, Wang Jianwei y James Yamada. Comisariado con Ilaria Bonacossa (Comisaria,
Fondazione Sandretto)
¿Cómo nos enfrentamos al constante bombardeo mediático de la culpabilidad ecológica, a los objetivos de corporaciones que quieren complacer mediante políticas de 'enverdecimiento' de sus marcas, servicios o productos?, ¿Cómo reconciliamos las responsabilidades personales con las colectivas, lo local con lo global, los remedios a corto plazo y las estrategias visionarias?
La obra de los 25 artistas presentada en ‘Greenwashing. Medioambiente: Peligros, Promesas y Perplejidades’, en la
Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, Turín, no lamentaba o denunciaba pasivamente la degradación de nuestro planeta, ni ofrecía nuevas o pragmáticas soluciones, sino que articuló las contradicciones y las responsabilidades a las que nos enfrentamos como individuos y como sociedad. La terminología y agencia entorno al medioambiente y la sostenibilidad ha llegado a ser cada vez más asimétrica e abstracta. Los bonos de
compensación de emisiones de Co2, el impacto cero, el cálculo de las millas (
food miles) que recorren ciertos alimentos antes de ser consumidos, el marketing medioambiental, la responsabilidad social de empresas, la huella ecológica, etc. son términos recientemente acuñados, ligados a la ansiedad que los procesos de la modernización, la globalización y la desmesurada urbanización han llevado a una súbita limitación o economización de los recursos en el planeta, particularmente en los países desarrollados.
Los artistas presentes en
Greenwashing – un término usado para describir prácticas ecológicas ambiguas o falsas – no proclamaban una elección 'éticamente correcta' o ecológica, sino que nos permiten analizar nuestro conocimiento sobre lo que hoy significa la ecología. Sus obras adoptaban procesos especulativos y procesuales, articulando la transformación de materiales y energía, procesos fundamentalmente ecológicos. Del mismo modo, varias obras en la exposición consideraron la acumulación o el desperdicio de energía, sea agua, basura, el uso de la tierra, el aire que respiramos o el petróleo que consumimos, poniendo en evidencia los peligros, las promesas y las perplejidades que han emergido con el principio del cambio climático.
El
catálogo de 192 páginas complementa las exploraciones temáticas de la exposición e incorpora, con un cierto grado de ironía, el marketing medioambiental en su diseño: cada una de sus secciones está impresa en papel ecológico con sus correspondientes credenciales y certificados ecológicos.